Llevo varios días sin publicar nada. Y empiezo pidiendo perdón porque hoy os traigo algo que ya ha sido noticia. Y aunque ya ha salido en muchos medios quiero enseñaros el Mine Kafon. Es
un
sencillo
invento
que
seguro
cambiará
el
mundo
en
los
próximos
años;
al
menos,
buena
parte
de
este.
Se
trata
de
una
forma
segura
y
barata
de
desactivar
las
minas
anti-personas
esparcidas
por
países
como
Afganistán.
Su
creador,
Massoud
Hassani,
es
un
estudiante
de
la
Academia
de
Diseño
de
Eindhoven
(Holanda)
nacido
en
Afganistán,
que
aprovechó
su
proyecto
de
fin
de
carrera
para
llevar
a
cabo
este
gran
avance.
En origen, no es más que un juguete con forma de pelota que rueda impulsado por el viento. Y de hecho, Hassani se basó en juguetes que él mismo se hacía durante su infancia para desarrollar su primer prototipo. La idea final consiste en construir estas pelotas con un tamaño superior, de forma que abarquen mas superficie al rodar. Al ser soltadas por las zonas en las que se encuentran las minas, las pelotas hacen estallar estas a su paso. De forma que la zona por donde ruedan se convierte en segura.
En origen, no es más que un juguete con forma de pelota que rueda impulsado por el viento. Y de hecho, Hassani se basó en juguetes que él mismo se hacía durante su infancia para desarrollar su primer prototipo. La idea final consiste en construir estas pelotas con un tamaño superior, de forma que abarquen mas superficie al rodar. Al ser soltadas por las zonas en las que se encuentran las minas, las pelotas hacen estallar estas a su paso. De forma que la zona por donde ruedan se convierte en segura.
Los
últimos
estudios
indican
que
hay
mas
de
110
millones
de
minas
repartidas
en
más
de
64
países,
26
mil
personas
mueren
o
sufren
mutilaciones
debido
a
la
detonación
de
estas
armas.
Y
en
concreto,
Afganistán,
es
uno
de
los
países
más
afectados;
el
12%
de
las
familias
del
país
han
vivido
de
manera
directa
o
indirecta
episodios
dramáticos
con
las
minas
terrestres.
Hasta
ahora,
el
alto
coste
de
la
desactivación
ha
permitido
que
durante
décadas
se
conviviese
con
esa
lacra.
Territorios
poblados
por
minas,
áreas
malditas,
zonas
destinadas
a
sembrar
la
muerte.
Minas
que
costaron
algo
menos
de
un
euro
la
unidad,
constituían
un
gasto
de
cerca
de
800
euros
en
su
desactivación.
De
hecho,
la
solución
al
problema
ha
sido
la
espera,
la
espera
a
la
desactivación
natural
de
la
mina.
Ya
que
cuando
su
pila
se
agota,
el
explosivo
deja
de
ser
peligroso.
Sin
embargo,
la
duración
de
estas
pilas
es
variable
e
incierta.
Por
lo
que
costaba
asumir
dicha
postura
cómo
solución.
Pero
se
acabaron
las
excusas.
No
se
puede
desdeñar
la
idea
bajo
ningún
concepto.
Los
Gobiernos,
las
coaliciones
internacionales,
las
ONGs...alguien
deberá
asumir
el
gasto,
o
mejor
dicho,
la
inversión
que
supone
financiar
la
producción
de
este
artefacto.
Y
dar
la
oportunidad
de
limpiar
los
países
del
terror
de
convivir
con
explosivos
ocultos.
Las
esferas
de
Hassani
abren
una
puerta
a
estos
países.
La
puerta
hacia
un
día
a
día
sin
miedo.
Por
un
coste
mínimo
los
campos
mortales
se
convertirán
en
zonas
a
poblar;
o
al
menos,
zonas
en
las
que
correr
y
pasear
libremente.
Hassani
ha
dado
a
luz,
sin
duda,
uno
de
los
mejores
inventos
en
el
campo
militar
de
las
últimas
décadas.
Un
invento
que
pertenece
a
lo
militar,
pero
también
a
la
paz
y
a
la
libertad.
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