Cuaderno de bitácora: Las provisiones escasean. Semanas sin ver tierra hacen mella en la tripulación. Y para colmo, las ratas nos roban la poca comida que tenemos. No es fácil cazarlas, pero tarde o temprano caerán. Hemos llenado el navío de trampas. Solo queda esperar.
Los acontecimientos complican el trabajo -y la credibilidad- de nuestro Gobierno. Las cuentas publicadas por
El País cogen a los populares por sorpresa. Ya tenían un marrón encima. Bárcenas, el antaño honorable hombre del partido, es apartado y olvidado como un juguete roto. La cúpula popular se cierra en banda, nadie sabe nada. Bueno, nadie no.
Pío García Escudero, actual Presidente del Senado, admite haber recibido pagos, nada menos que cinco millones de las antiguas pesetas. Esto lleva a asegurar que si hubo pagos, no se sabe cuales se realizaron efectivamente. Pero pagos hubo.

Las cuentas publicadas implican a la primera línea del PP. Incluso a Mariano, nuestro querido Presidente. Rajoy, por supuesto, ha tardado en dar la cara. Y hoy ha sido el gran día. Hoy Rajoy se ha enfrentado al problema. Ha cogido al toro por los cuernos y ha dado la cara, en nombre de su partido, de él mismo y de la política española. Ojalá pudiese escribir estas palabras. Pero me tengo que conformar solo con decir que ha comparecido.
Una comparecencia escueta. Sin preguntas. Sin ni siquiera periodistas en la sala -la han visto a través de una pantalla que retransmitía en directo-. El partido adalid de la transparencia y la comunicación se esconde. Y evita cuestiones que puedan comprometer sus declaraciones. ¿Qué otra explicación nos queda a este golpe contra el derecho de información? Y para colmo, Mariano acaba su ensayado discurso diciendo que está a nuestra disposición y largándose precipitadamente. ¿A la disposición de quién? ¿La de los periodistas que no podían preguntar? ¿La de los ciudadanos que se manifiestan y a los que no escucháis? ¿La de los partidos de la oposición que piden que des la cara y tardas días en decir lo que ya todos sabíamos?
Lo más curioso es que en su comparecencia recuerda que su verdadera preocupación es la crisis. A día de hoy, que vuelvan los recortes y su consecuente polémica es un alivio para el PP. Para que nos hagamos una idea de cómo están las cosas dentro del partido de la gaviota.
Por otro lado, como pequeña reflexión, decir que todos esos medios que, aunque no tenga permitidas preguntas, van, son en parte culpables de que no permitan preguntas. Vosotros, periodistas, tenéis que plantaros. Si no hay preguntas, no hay periodistas. Denunciad el problema. ¿En que clase de democracia vivimos? Si seguís dándoles bombo, solo mejora su imagen y se ven perjudicados los derechos de información y comunicación.
Nos encontramos en manos de un gobierno digno de una pesadilla de Alicia. Personajes incoherentes y absurdos propios de la imaginación de Lewis Carrol. Un cuento que todavía tiene el final abierto. Intentemos reconducir los acontecimientos hacía un mejor puerto. Aunque, están las cosas cada vez mas crudas.