Antes de nada saludaros a todos y, apenadamente, despedir al verano. Un verano largo y lleno de altibajos. Un verano en el que me he apartado de mi querida bitácora. Un estío lleno de complicaciones políticas, pero que ha llegado a su fin sin soluciones, sin reprimendas.

Dejé este espacio crítico en barbecho unos meses con la esperanza de poder volver con nuevos temas. Pensé que el tiempo pone las cosas en su lugar. No ha debido ser suficiente, las desfachateces continuas de nuestros queridos gobernantes siguen impunes. Y lo que parecen avances hacia un mundo mas justo, son solo pinceladas para contentar la opinión pública. ¿Cómo es que el juez Ruz no embargó el ordenador de Bárcenas desde el primer minuto? ¿Por qué la juez Alaya no pide un suplicatorio para que Chaves y Griñán sean procesados en el Tribunal Supremos y el Tribunal Superior de Justicia andaluz respectivamente?
Bueno, para esta pregunta yo tengo una respuesta, y es que Alaya sabe que si pide el suplicatorio parte de sus competencias desaparecerán, pues la condición de aforados de ambos expresidentes, apartaría a la juez del caso. Y esto es perder importancia, perder periodistas a la entrada del juzgado, perder portadas, perder protagonismo. Pero cuan vanidosos son los jueces.
Personalmente, yo soy de la opinión de que los jueces deben permanecer en la sombra, sin colgarse medallas, sin ser los protagonistas; pero claro, ¿quién soy yo para decir a un juez las portadas en las que puede o no puede salir?
Total, que habrá que tener mas paciencia, habrá que esperar mas tiempo. Así que voy a tener que tomarme unas cuantas relaxing cups of café con leche mientras las soluciones y consecuencias llegan.
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